miércoles, 29 de noviembre de 2017

Valoración Diferida

Utilicemos una analogía, un buen método para generar ideas: las ideas son como plantas nacientes. Una planta recién nacida es débil, es muy fácil acabar con ella. Una idea es algo parecido, algo inicial, débil, fácilmente destruible.  Steve Wozniak, cofundador de Apple, planteó hasta 5 veces a sus jefes de hewlett-Packard la idea de construir un ordenador personal. Las 5 veces le dijeron que no (5 Tips to Help You Protect & Grow New Ideas, Center for Creative Leadership)
En un equipo o grupo de trabajo que esté generando ideas, la crítica acaba fácilmente con ellas. Si lo que queremos es tener abundancia de ideas ¿por qué evaluarlas tan pronto? Una idea nos puede llevar a otra. Y una idea perdida puede ser una gran posibilidad perdida. No interesa la evaluación en el proceso de generación de alternativas. Además, una idea puede evolucionar, y lo que inicialmente no tiene un atractivo claro, o un potencial más o menos evidente, puede terminar siendo una gran posibilidad. En el trabajo en grupo debemos valorar muy mucho el hecho de que el grupo proporcione ideas, de que alguien se interese por ellas y nos aporte su visión.

De todo lo anterior deducimos el Principio de Valoración Diferida: no critiquemos las ideas en la fase de su generación. Al contrario, conviene animar a los miembros del grupo a que nos las den. Un entorno creativo, y eso es lo queremos construir, significa respeto y aprecio  por las ideas y las aportaciones de los demás. Es lo que representa el Principio de Valoración Diferida.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Literatura, hot cognition y educación

Un buen poema produce interés. Mejor, intereses. Unos pueden ser cognitivos. ¿Qué significa? ¿Qué quiere decir? Otros emocionales. 
Experimentemos esta idea leyendo el poema de Emily Dickinson I felt a Funeral, in my Brain  (traducción de El Espejo Gótico http://elespejogotico.blogspot.com.es/).

Sentí un funeral en mi cerebro,
los deudos iban y venían
arrastrándose -arrastrándose- hasta que pareció
que el sentido se quebraba definitivamente

-y cuando todos estuvieron sentados,
una liturgia, como un tambor-
comenzó a temblar -a batir- hasta que pensé
que mi mente enmudecía,

y luego los oí levantar el cajón
y crujió a través de mi alma
con los mismos zapatos de plomo, de nuevo,
el espacio- comenzó a repicar,

como si todos los cielos fueran campanas
y existir, sólo una oreja,
y yo, y el silencio, alguna raza extraña,
náufraga, solitaria, aquí

-y luego un vacío en la razón, se quebró,
caí, y caí-
y di con un mundo, en cada zambullida,
y terminé sabiendo -entonces -

El poema, la poesía, afecta a la razón y a la emoción. A lo cognitivo y a lo emocional.  La poesía, y la literatura en general,  tienen así potencial emocional. Y las emociones señalan el valor de las cosas. Lo interesante emociona.

Willie van Peer (Toward a Poetics of Emotions, en Emotions and the Arts, Oxford University Press), refiere estudios científicos que señalan que lo emocional se recuerda mejor, que influye en lo cognitivo, que las emociones influyen en la percepción de la realidad (la antesala de todo) y en la forma de pensar, en su profundidad y en su calidad. Y esa carga emocional de la poesía produce así una cognición más poderosa, más profunda. La existencia de emoción ante un hecho dado le da a su comprensión una calidad diferente. A esta cognición de orden superior, la denominó Herbert Simon Hot Cognition, nos recuerda van Peer. 
Hot Cognition. Buen concepto para aplicarlo a la educación. Tendríamos que buscar la forma, las formas, para educar con emoción. O emocionar con la educación.