La
poesía tiene mucho que ver con el
pensamiento estratégico y la innovación. Así lo plantea
Clare Morgan en su muy interesante libro
What Poetry Brings to Business. En él encontramos una fantástica y poética aproximación a lo que es la creatividad y el acto creador a partir del poema
The Tought Fox de
Ted Hughes. La creatividad, la idea inspiradora,
surge cuando no la esperas, aunque haya un intenso trabajo previo. No la controlas, más bien ella te controla a ti y es una criatura delicada (a la que hay que cuidar). El acto creador no está exento de violencia. Hay que romper límites y barreras, salir fuera del cuadrado. La creación
no es exclusivamente una tarea intelectual. Se nutre de
los sentidos, se necesitan agallas y
atrevimiento,
entusiasmo, máxima
atención.
La poesía
estimula la creatividad:
- al comprender más profundamente lo real, ayudando a saltar sus límites
- por su uso de un doble lenguaje: un discurso lineal y un lenguaje de los sentidos, más global, que se nutre del ritmo del poema, de sus imágenes, de sus patrones sonoros, de sus metáforas
Al leer y al escribir poesía se ponen en juego, a un tiempo,
capacidades complejas: la razón y la emoción, el lenguaje discursivo y las imágenes, la intuición y la lógica. Justo las capacidades que un líder, o un innovador, necesita para
entender la multitud de datos de la realidad, traspasar ese nivel primario de los hechos, interpretarlos para
descubrir sus esencias y sus posibilidades y, en un acto igualmente creador,
tomar decisiones.