lunes, 24 de junio de 2013

Renzo Piano: arquitectura, conversaciones, lentitud

Entre los proyectos del arquitecto italiano Renzo Piano se encuentra el Museo Pompidou en París. El edificio fue en su momento muy innovador, y no estuvo exento de polémica. La estructura del edificio y sus conducciones, no están ocultas, sino que forman parte de la imagen del edificio. La sensación es la de un objeto tecnológico o una factoría.
Piano ha diseñado también el nuevo edificio del New York Times en Nueva York. Después del 11S. En su estudio previo llegó a la conclusión de que lo que  los neoyorquinos necesitaban era confianza, Y en base a ese concepto diseñó el edificio.
Pero ¿cómo es el método de trabajo de Renzo Piano?
‘No se puede ser arquitecto sin un perpetuo trabajo de investigación de la realidad. Sin la actitud continua y  humilde  de preguntar a las personas y a las cosas que viven en un lugar...La lentitud forma parte del proceso. Te reúnes con los que te encargaron la obra, con quién va a usarla y con tus  colegas. Debes  dejar que los  estímulos y la parte  técnica conversen, fluyan, reposen’ (El País-Babelia, 9/1/10)
Como vemos  Piano investiga la realidad como punto de partida en su trabajo. Formula preguntas. Pregunta a todos los implicados en el problema: a los usuarios, a los clientes, a otros expertos, al propio equipo. El proceso es lento. Profundizar, comprender, lleva su tiempo.
En el proceso de trabajo de R. Piano hay además un periodo de descanso, un reposo. Él mismo nos indica su finalidad: para que fluyan las ideas, para entender nuevas relaciones. Una suerte de conversación. 
Observamos así dos interesantes actitudes en la forma de trabajar de Piano. Por un lado una actitud activa, de interrogación, de preguntas, de investigación de la realidad. Por otro, una actitud más próxima a cierta pasividad, a escuchar atentamente, de aparente reposo, en la que deja que los datos y el conocimiento obtenidos, fruto de esa primera acción investigadora, se relacionen, conversen, fluyan. Y den lugar a nuevas ideas. 

viernes, 14 de junio de 2013

Picasso, emprendedores e innovación

Como sabemos Picasso al crear Las Señoritas de Avignon (1907) produce un cambio radical en la forma de entender la pintura hasta entonces. Un caso de innovación radical. ¿Qué podemos aprender de la experiencia Picasso?
El feliz alumbramiento no fue fácil. Le llevó meses de parto entre 1906-7. Siendo  un proceso complejo, podemos identificar varios factores que  intervienen y cuya comprensión nos puede ser de suma utilidad. Existí
a una tensión interior en Picasso, obsesionado con dar con una nueva forma de entender la pintura (después de sus épocas azul y rosa). Había una competencia latente con otros pintores (Derain, Matisse) por convertirse en el referente de la vanguardia parisina. El interés por campos diversos de la cultura y la ciencia no le era ajeno a Picasso, 25 años. Los problemas de la geometría, las esculturas íberas, la cultura africanas…le interesaban y en su faceta de oportunista intelectual (Arthur I. Miller, Einstein y Picasso) las integraba, las adaptaba, en sus experimentaciones.
Trabajó intensamente durante el invierno de 1906-7. Concentradamente. Obsesivamente. Tanteando en 16 cuadernos de bocetos, las  nuevas formas, las posibles composiciones. Evaluando y eligiendo.
Finalmente encuentra sentido a su trabajo como pintor (¿en su visita al Museo Etnográfico  delTrocadero?).  La pintura como exorcismo, como liberación (de los espíritus, de lo interior: al igual que las máscaras  africanas).

Resulta interesante entender los procesos de creación. Identificar sus principios y estrategias. Y ver sus posibilidades al aplicarlos a nuestros proyectos. De esto conversamos en el Taller de Evolución y Maduración de Ideas, dentro del Programa atrEBT®  de Ideas y Proyectos de Empresa que promueve la OTRI de la Universidad de Cádiz